Drácula, el no muerto

Comparación entre la novela de Dacre Stoker e Ian Holt y la novela de Bram Stoker

—Me hicieron a imagen de Dios, pero soy de un orden superior. ¿Acaso el lobo no se alimenta del cordero? Como todos los grandes cazadores, estoy solo. No hay sonido más triste que el aullido del lobo; solo en la noche, vilipendiado por el hombre, cazado hasta el borde de la extinción.

"Drácula", novela publicada en Londres en 1897 tiene su continuidad. Dacre Stoker, sobrino biznieto de Bram Stoker e Ian Holt, historiador y guionista sienten la necesidad de reivindicar y remodelar "Drácula" como una muestra del poder y la influencia perdurable de la novela de Bram Stoker, cita Elizabeth Miller, y publican su novela "Drácula, el no muerto" en 2009. Dacre Stoker propone esta nueva historia y ofrece "Drácula, el no muerto" a todos los que llevan sangre Stoker y a todos los que apoyaron la literatura gótica irlandesa. En esta novela "Drácula, el no muerto" se situa en 1912, un año elegido deliberadamente, porque permite la aparición del propio Bram Stoker, ya que éste murió el 20 de abril de 1912. Esta decisión obligaba a alterar las fechas de los acontecimientos en la novela original de Stoker. La historia de "Drácula" se ha situado claramente en 1893, según queda probado tanto por las notas como por las referencias en el propio texto. La decisión de usar "Drácula" como título se tomó a última hora. Ambas novelas tratan de la lucha eterna entre el bien y el mal. El vampiro no puede hacer nada ante la luz solar, símbolo de Dios. El vampiro como la vampiresa poseen su atractivo popular en gran parte por ser elegantes y seductores depredadores sexuales. Atravesados por una estaca, en la creencia de que así el espíritu no podía escapar y molestar a los vivos.
De qué trata la novela de "Drácula, el no muerto": Eliminado Drácula, el camino estaría libre y pavimentado para un gran plan. Sería benevolente con todos aquellos con los que Dios no mostraba misericordia. Los pobres y desdichados, los desviados sexuales, los mentalmente inestables, los enfermos y los cargados de furia, los débiles de la Tierra, los herederos del mundo; Erzsébet Báthory levantaría a los más bajos de los bajos y cumpliría sus sueños tras largo tiempo de resignación. Se convertirían en sirvientes leales. A aquellos que reclamaban lealtad a Dios en sus enseñanzas, les partiría las espaldas en la rueda de su propia inquisición. Ella se alimentaría de los ricos y de los poderosos como éstos se habían alimentado de los débiles. Aplastaría ejércitos bajo sus pies. Demolería las iglesias con sus manos desnudas y vertería su propia sangre en la garganta del Papa. Estaba decidida a recrear el mundo a su propia imagen, y la muerte de Drácula daría la primera campanada para anunciar su llegada.
Drácula es un ser repugnante en la novela de Bram Stoker: "No se veía a nadie más en la embarcación. La gente quedó aterrorizada al comprender que el barco había conseguido ponerse a salvo ¡sin otro timonrl que la mano de un muerto! ¡parecía algo diabólico! No obstante, todo ocurrió en breves segundos. La goleta no paró; cruzó impetuosamente el puerto y chocó violentamente contra el banco de arena, produciéndose un estruendo de astillas, cuerdas, berlingas, y el maderaje se vino abajo estrepitosamente, y de repente, de forma extraña, un enorme perro aparecióen cubierta, saltó desde la proa a la arena y echó a correr. El animal enfiló el escarpado acantilado, y después desapareció en laoscuridad". En la novela de Dacre Stoker es amistoso y compasivo: "Drácula era ciertamente un asesino, pero no era cruel… Drácula había afirmado muchas veces que un vampiro no era malo por naturaleza. No creía que al convertirse en no muerta un alma quedara condenada automáticamente. El bien o el mal residían en las elecciones que cada uno hacía. Mina había visto que la insaciable sed de sangre de un nuevo vampiro podía corromper… Drácula era un vampiro; sin embargo, seguía considerándose humano. Tenía casi quinientos años, y aún no había aprendido a aceptar, sin culpa, los poderes de un no muerto… Por primera vez, Drácula le había expuesto su propio miedo y su debilidad. Comprendió lo difícil que tenía que haber sido para él compartir tal vulnerabilidad: era un acto de amor puro… —En vida, fui la mano de Dios —dijo Drácula, desafiante—. Luché para proteger toda la cristiandad. La brutalidad y la muerte era todo lo que conocía. Ansiaba una segunda vida, una nueva oportunidad. Cuando llegó la ocasión, la perseguí, sin considerar las consecuencias. Sí, me levanté de mi propia muerte, pero no mato por deporte. Sólo saco la sangre que necesito para sobrevivir de animales, asesinos, violadores y ladrones. Todavía cumplo la justicia de Dios… Dios era el creador de los vampiros. Y dios daba a los no muertos el mismo libre albedrío que al hombre: la elección de elegir el camino del bien o el del mal… Si aún podía sentir, si aún podía experimentar amor, dolor y culpa, entonces aún tenía su alma".
El Drácula que encontramos en la novela "Drácula, el no muerto" es mucho más que el conde vampiro de Bram Stoker. Para empezar, se identifica claramente como Vlad el Empalador, el voivoda (señor de la guerra) rumano del siglo XV famoso por sus atrocidades. Siglos atrás, el sultán turco se había llevado a Vlad Drácula y a su hermano menor, Radu, como prisioneros políticos. Los niños pasados lejos de su familia habían dejado en Drácula cicatrices que nunca se podrían medir. Permaneció prisionero hasta que su padre murió en el campo de batalla. Entonces heredó el trono de Valaquia, y se convirtió en guerrero de Dios. Había pasado el resto de su vida mortal buscando venganza. En su existencia de no muerto, continuaba llevando el mismo estandarte, creyendo que era un guerrero de Dios. Vlad Tepes que heredó el apodo de su padre Dracul ("Drácula" sería "hijo del demonio"), se ganó a pulso un sobrenombre no menos truculento: "el empalador" por ser ésta la forma más corriente de sacrificar a sus enemigos. Mezclar el Drácula de Stoker con Vlad no es ninguna novedad, pues lo habían hecho Raymond McNally y Radu Florescu en In Search of Drácula (1972) y desde ahí se había abierto camino hasta la ficción y el cine. En realidad, en Drácula, la conexión es mucho más imprecisa. En ninguna parte se menciona el nombre de Vlad en la novela de Stoker (ni en sus notas), ni se hace referencia a las atrocidades por las que se hizo notorio. De hecho, estudios recientes han demostrado claramente que Stoker sabía muy poco del Drácula real. Stoker y Holt se toman libertades tanto con los hechos como con la ficción, incluso acusan a Bram Stoker de haber escrito una farsa dentro de su novela, aún siendo escrita basandose en hechos reales en la mayor parte de la obra diciendo: "—Fui yo quien contó nuestra historia a Bram Stoker. Pedir a Stoker que escribiera mi biografía no fue una traición —explicó Van Helsing—. A través de él, pretendía transmitir toda la sabiduría que había obtenido. Mi biografía tenía que ser una advertencia a futuras generaciones, una guía para combatir a las criaturas sobrenaturales con las que había luchado toda mi vida. En cambio, Stoker escribió una extravagante pantomima de la verdad". Quizá para escribir buenos relatos de vampiros, es necesario sentirse antes vampirizado. Si William Polidori, médico, secretario y algo más de Lord Byron, inspiró a Bram Stoker para la imágen seductora de Drácula, con su novela "El vampiro". Para el personaje de Lucy, obtuvo algunas pinceladas del famoso Macbeth shakesperiano, de Théophile Gautier "La muerta enamorada" (1836) y "Carmilla" de Sheridan LeFanu le influyeron, en especial, el relato de amor/odio entre Laura y Carmilla, inconfesable lesbianismo en aquella época y sadomasoquismo a un tiempo. Se halla ya manifiesto en "Carmilla" ese aroma erótico que llena la relación entre vampiro y víctima y cuyo clímax, será el acto de posesión y entrega, placer exquisito para las dos. "Sentía el corazón en un puño al tiempo que oí a Arthur gritar de asombro, al reconocer a Lucy Westenra. Sin duda era ella, pero ¡qué cambiada estaba! Su dulzura se  había convertido en una despiadada crueldad y su pureza en desenfrenada lascivia.
La no-muerta siguió avanzando y con acento lánguido y voluptuoso dijo:
—¡Ven conmigo, Arthur!"
Pero lo cierto es que el siniestro y pálido Lord Ruthven del relato de Polidori, no es otro, sino una despiadada caricatura de Lord Byron. Paralelismo que se dará también entre Stoker y su patrocinador y empresario, Henry Irving. Sadomasoquismo, homo o bisexualidad incontinente. En la novela de "Drácula, el no muerto", otro personaje histórico que aparece en el texto es Erzsébet Báthory, la condesa húmgara de infausta fama por bañarse en la sangre de sus sirvientas asesinadas. Igual que con Vlad el Empalador, su nombre ha estado inextricablemente relacionado con Stoker y su novela. En el caso de Báthory hay incluso menos pruebas de una relación con Stoker y su libro. Sin embargo, su presencia da a Drácula, el no muerto gran parte de su fuerza, y permite que los autores trasladen parte de la maldad absoluta de Drácula a otro personaje.
En 1888 la sociedad londinense se hallaba en vilo por los crímenes de Jack el Destripador. La identidad del notorio Destripador se convierte en una subtrama en "Drácula, el no muerto". Un purista podría de hecho quedar ocasionalmente asombrado por la introducción de tales errores en el texto original. Aunque podría parecer que los coautores sólo están sacrificando la presición con propósitos artísticos.
El vampiro era un símbolo de la antigua nobleza feudal que explotaba y chupa la sangre a los campesinos y el nuevo mundo urbano de la modernidad y la ciencia, terminará derrotándolo: Van Helsing, médico holandés, sabio maduro, va a Inglaterra para resolver el caso más importante de las ciencias ocultas. Se opone a los poderes del conde con sus conocimientos científicos y su erudición: "Tengo el corazón destrozado por la joven Lucy; le di mi sangre, aunque soy viejo y estoy agotado;  le dediqué mi tiempo, mi habilidad, mi sueño; abandoné a mis pacientes por ella. Y, sin embargo, me río ante su tumba; mientras la tierra está cayendo sobre su ataúd. Vivimos en un mundo extraño, triste, y lleno de miserias". Pero en la novela de Dacre Stoker, es un traidor.
El vampiro es por su parte un paradójico "muerto vivo" que reposa en su ataúd y por no haber logrado el descanso eterno es un símbolo demoniaco, un alma en pena que por ser espíritu no se refleja en los espejos y por estar maldito retrocede ante la visión del crucifijo. En la novela de "Drácula, el no muerto", el vampiro no le teme a los crucifijos. En el beso del vampiro literario se succiona la vida y la voluntad de ser, se toma el alma. En la novela de Dacre Stoker el vampiro tiene aún su alma: "Drácula abrió los ojos. Aquellas pupilas negras se llenaron de sentimiento; ¿de verdad podía tener alma?".
Tampoco es el más fuerte como en la novela de Bram Stoker: "El ser que tenemos frente a nosotros, tiene la fuerza de veinte hombres. Es más astuto que cualquier mortal, porque ha necesitado y ha aprendido a serlo a través de los siglos. Que yo sepa,  aún utiliza la necromancia, que como indica la misma palabra, se trata de la adivinación a través de la invocación de los muertos y todos aquellos que entran en contactocon él, acaban obedeciéndole. Hablamos de alguien diabólicamente cruel; una  bestia sin corazón. Puede, casi con total libertad, aparecer donde y cuando quiere, y en cualquiera de las ormas que adopta normalmente. Es capaz, en su radio de acción, de mandar sobre los elementos: la tormenta, la niebla, el trueno. Manda a todos los seres inferiores y despreciables: la rata, el búho, el murciélago, la polilla o el lobo. Debe ser aquel vaivoda Drácula, que se hizo popular en sus luchas contra los turcos. Era un hombre con ama de ser muy inteligente y valiente, pero todas estas facultades se las llevó con él a la tumba y ahora él lucha contra nosotros". En la novela de Dacre Stoker es derrotado por la Condesa Báthory: "El guerrero de Dios moriría en una catedral en ruinas. Sería el fin de Drácula y su linaje. Ella recogería la chispa que Satán había usado en su intento de quemar el Cielo, la llevaría a la Tierra y encendería la llama que consumiría el mundo… Nunca busco la alegría ni el bullicio, tampoco el intenso brillar del sol y de las aguas chispeantes que agradan tanto a la juventud de ahora. Yo no soy joven. Mi corazón, después de tantos años de luto por sus muertos, ya no siente afición hacia el júbilo. Además los muros de mi castillo se han derrumbado, todo ha sido invadido por las sombras, que son muchas y perennes; el viento frío atravieza soplando las derruidas murallas almenadas. Me apasiona la quietud y la oscuridad; amo las tranquilas sombras, y estaría solo con mis pensamientos siempre que pudiera… No había honor en vencer a un enemigo que no se defendía… El cielo vertía sus lágrimas sobre la tierra, como si Dios supiera que esa noche su reinado terminaría por fin. Las olas del mar del Norte se alzaban con furia. Los relámpagos desgarraban la oscuridad. Los truenos rugían".
Henry Irving es un personaje importante en la novela de Dacre Stoker. Bram Stoker se aficionó al teatro gracias a las facilidades que para ellos le ofreció su padre. Admiró al poeta norteamericano Walt Whitman, al gran campeón de la democracia y del amor fraterno hasta el punto de que solicitó cartearse con él, cosa a la que accedió gustoso el gran estadounidense. En 1867 había visto actuar por primera vez en un teatro a Henry Irving. Gracias a Stoker, Irving convirtió el Lyceum de Londres en el teatro más prestigioso.
Lo que más colmó su espíritu fue el conocer personalmente al ya anciano Walt Whitman, al que tanto admiraba. Por esto Dacre Stoker introduce al personaje de Basarab (actor de origen rumano, exitoso en los escenarios de París), que es el mismo Drácula, al igual que es Vlad el Empalador, basándose en Whitman para ese personaje.
Dacre rinde un homenaje a Oscar Wilde, porque los padres de Oscar Wilde le dieron toda clase de facilidades a Bram Stoker para que consultara la biblioteca de su castillo y Sir William Wilde, le enseñó mucho sobre leyendas de vampiros irlandeses y encontró un libro de un tal William Wilkinson sobre la Transilvania y los Cárpatos. El primer esbozo de Drácula se ligó también con El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.
Contrario a lo que se piensa, la novela de Bram Stoker no es una novela de amor, basta con leer la parte en la que Lucy narra el horror que siente por Drácula: "Recuerdo, pero de forma vaga y borrosa los largos y angustiosos tiempos de insomnio y de miedo… Recuerdo vagamente algo que era largo y oscuro, de mirada encendida y algo dulce y amargo a la vez, en torno a mi cuerpo. Tenía la impresión de estar sumergida en aguas verdes y profundas. Entonces, un zumbido invadió mis oídos, el mismo que dicen que siente uno cuando se ahoga; después un desvanecimiento, como si el alma saliese de mi cuerpo y flotara en el aire. Inmediatamente sentí un dolor y cuando recuperé el sentido te vi a ti sacudiéndome los hombros… Desde que el doctor Van Helsing está aquí, las pesadillas han desaparecido. Los ruidos que tanto me asustaban y me enloquecían, como el aleteo tras los cristales de la ventana, los ecos, los sonidos ásperos ordenándome no sé qué; todo ello ya no existe. Ahora me acuesto sin el temor de quedarme dormida, intentando mantenerme despierta a toda costa". Se nota el deseo de venganza y el odio, pero no el amor de Drácula hacia Mina en esta cita: "A lo largo de todo este tiempo, yo he ido  frustrando sus intentos de vencerme. Y para postre, tú, a quien todos ellos adoran, serás sólo mía: carne de mi carne, sangre de mi sangre, vida de mi vida, mi generoso trujal durante mucho tiempo, y más adelante te convertirás en mi compañera y ayudante… —Queríais atraparme, ¿verdad? Sé donde esconderme. ¡Mi venganza acaba de empezar! La prolongaré a través de muchos siglos, tengo el tiempo a mi favor. Las mujeres que amáis, ya son mías; y a través de ellas y de otras, os veré a mis pies también a vosotros, cumpliendo mis órdenes".
En la novela de  Dacre Stoker, Drácula ama a Mina y detesta a Jonathan Harker por haberle dado un hijo: Quincey Harker. En la novela de Bram Stoker, Mina está resignada, pero no enamorada de Drácula: "Sé que cuando el conde me lo ordene, tendré que ir con él. Sé que si me ordena algo, le obedeceré, aunque eso suponga tener que engañar a mi amado esposo".
"Drácula" fue la cristalización de todo cuanto había vivido Bram Stoker y de las personas que había conocido. Su vida gris al servicio del brillante Henry Irving fue un detonante que hizo explotar todas las fobias y represiones de una época llena de tabúes e hipocresía. No se olvidó por ello del incipiente movimiento feminista, de los avances técnicos: la cámara fotográfica, la máquina de escribir, el fonógrafo, el teléfono. Uno de los grandes aciertos fue que en las 391 páginas de la novela, el conde Drácula nada más aparece en 62. Pero su presencia se palpa en todas ellas: "Hoy el cielo está gris; mientras escribo, nubes oscuras impiden que liuzca el sol. En todo aquello que miro, predomina una tonalidad grisácea, excepto la hierba que conserva su verde intenso. Nubes grises, coloreadas por la presencia del sol en el extremo, se ciernen sobre un mar plomizo, en el que los bancos de arena se extienden como cinco enormes dedos de idéntico color. El mar invade la orilla con sus estruendosas olas. La niebla se extiende lentamente. El horizonte se disipa en la gris bruma. Todo es inmenso; las nubes se amontonan unas encima de otras cual gigantescas rocas y sobre el mar, corre un viento sordo que vaticina un trágico final. A ambos lados de la playa se ven figuras borrosas, que en ocasiones, entre nieblas, parecen hombres como árboles que caminan". Si uno se adentra en esta trágica historia se le eriza la piel, porque nadie mejor que Bram Stoker para hacernos hundir en el horror. Desde mi punto de vista todas las historias basadas en esta novela no han sabido llegar al fondo del corazón humano, porque Stoker toca directo en el corazón con la estaca de la elegancia de sus letras. Con Bram Stoker como sucedió con el marqués de Sade, nos quedaremos con el mensaje morboso, repugnante, pero lo superficial, subyace algo más profundo que se remonta al origen mismo de la naturaleza humana. Ahora ya puedo dar por finalizado este diario. Sólo Dios sabe si volveré a empezar otro algún día. Si lo hago, será para hablar sobre personas y lugares nuevos. Pues ya que aquí cierro la historia del gran amor de mi vida, antes de volver a coger el hilo de la cotidianidad y de la monotonía, escribo muy triste y sin esperanza la palabra fin. Supongo que llorar de vez en cuando nos hace mucho bien a todos: Despeja y limpia como lo hace la lluvia con el aire.

Graciela Mejía González
(Texto basado en las investigaciones de Raymondt Mc Nally, Dacre Stoker, Ian Holt y F. LL. Cardona).


Ver: Drácula, la personificación de una divinidad pagana maligna   https://vieliteraire.blogspot.com/2017/04/dracula-la-personificacion-de-una.html
Erzsébet Báthory  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/04/erzsebet-bathory_19.html
La dignidad del hombre  https://vieliteraire.blogspot.mx/2014/05/la-dignidad-del-hombre.html
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