El subterráneo, Sophia Lee

La virtud lleva consigo misma la recompensa, y no puede recibir ni gloria, ni lustre del reconocimiento de los hombres; no obstante, si los deseos del corazón se elevan hasta el cielo. Sophia Lee

Sophia Lee nació en Londres en 1750, era hija de un famoso actor y empresario teatral, John Lee y pertenecía a la clase media. Los miembros de la clase social más alta solían escribir en ese momento obras escandalosas, pero en las novelas de esta escritora había suspenso, y no demasiada violencia, porque intentaba no transgredir ciertas normas morales. Sophia Lee se dedicaba a la enseñanza y junto a su hermana Harriet establece una escuela para jovencitas en la ciudad de Bath que le proporciona éxito y una renta fija para vivir con comodidad y poder seguir tranquilamente su carrera literaria. El estar en Bath le permitió también entrar en contacto con intelectuales importantes de la época, muchos de los cuales mandaban a esa escuela a sus hijos. Las hermanas Lee estaban en contacto con el mundo del teatro, por eso en este campo se daba cierta interacción con la literatura gótica. Con su hermana escribió una serie de cuentos de Canterbury (1797), otros trabajos incluyen La vida de un amante (1804) y Ormond, o el libertino (1810). Se dedicó a escribir su novela, El subterráneo (The Recess), en 1785. Es una novela histórica que alcanzaría gran fama, llegando a ser traducida a varias lenguas europeas, entre ellas el español en 1795, con el título de El subterráneo o La Matilde. La novedad de esta obra radica en rehuir el entorno fabuloso y poco creíble de otras novelas góticas medievales. En su lugar opta por un contexto realista y, en general, más verosímil. Este trabajo se centra fundamentalmente en las escasas traducciones de obras de novelistas inglesas que presentan elementos y técnicas narrativas provenientes de los llamados gothic romances o gothic tales —que se han venido traduciendo al español como novelas de horror o de terror— género muy poco frecuentado en la España de principios del XIX, en especial las de Sophia Lee, Regina Maria Roche y Ann Radcliffe. Su presencia en el panorama literario español del primer tercio del siglo XIX revela las demandas editoriales de un público de signo burgués y cada vez más femenino, deseoso de consumir las lecturas que entretenían a la clase media europea de su tiempo. Aunque no se trata de una obra sobrenatural se inscribe en la corriente gótica, por su atmósfera y por el desbordamiento de las pasiones y la truculencia de la trama. Sophia Lee fue anterior a Ann Radcliffe y es ella quién primero logra un efecto de suspense terrorífico gracias al uso magistral de la psicología como fuente de inquietud, la mentalidad tortuosa de los protagonistas y un cierto sadismo: Ahora es cuando conozco, dijo, todo el peso de las cadenas que me oprimen. Todo mi valor me abandona; acabas de volverme cobarde; por ti deseo casi sobrevivir a mi honor. El ambiente de esta obra es singularmente sombrío y demuestra que el verdadero miedo no está en los efectos sobrenaturales tanto como en el mundo real y especialmente en nuestras acciones: Jamás miraré como una prisión el paraje donde pueda residir con vos, ni como una desgracia la suerte que me había adquirido vuestra ternura conmigo. Sin proponérselo Sophia Lee acababa de lograr lo que se había propuesto, sin conseguirlo, Clara Reeve, demostrar que se podía escribir una novela gótica como El castillo de Otranto, sin apelar a lo sobrenatural y sin abandonar las sendas morales de su época y un tratamiento del lenguaje especialmente bello, desde mi punto de vista: Pero ¡ah! Presento con dolor a los ojos de mi joven bienhechora este mapa melancólico de mi viaje en el mundo. ¡Que la historia de mis infortunios no oscurezca vuestras brillantes esperanzas! Al contrario, que apague en vos el sentimiento demasiado vivo de la melancolía. También, a lo largo del siglo XVIII se había puesto de moda la literatura que tuviese a la mujer como protagonista —algo que se consolidará mas tarde—. La cantidad de novelas que llevan en el título el nombre de una mujer muestran a la mujer en estado indefenso. A pesar de todo este exceso, la novela no supuso ningún escándalo. La presencia de personajes históricos y lugares reales dio esa seriedad a esta novela. De qué trata: dos hermanas gemelas, son hijas ilegítimas de la reina María Estuardo y el duque de Norfolk , y se hallan presas en las mazmorras de un sombrío castillo para evitar que la reina Isabel las haga asesinar por razones políticas. Las hermanas Eleanor y Matilde viven en esas habitaciones subterráneas en las que no entra la luz del día, tan sólo por unas ventanas acristaladas en el techo de cierto color, como las vidrieras de una catedral. Viven con Ms. Marlow, a la que llaman madre y un sacerdote, Anthony, su guía espiritual. Cada vez que preguntan por qué están ahí, el sacerdote las responde con evasivas. Hay cierto misterio en las habitaciones ocultas y elementos góticos como el suspense, el misterio o la usurpación. En la realidad la reina Isabel I había mandado decapitar a la reina de origen escocés María Estuardo al iniciarse un periodo de catolicismo político y religioso. Anteriormente, había entrado el protestantismo por el deseo de Enrique VIII de divorciarse de Catalina de Aragón para tener descendencia masculina. La novela se ambienta en estos hechos históricos. En esta novela no hay final feliz. Las hermanas mueren tras desoír los consejos de su supuesta madre y el sacerdote y salir al mundo real, donde son víctimas de la maldad de los hombres. Una es desterrada y la otra es encarcelada por orden de la reina y se vuelve loca: El entendimiento y la instrucción, preciosas columnas sobre las cuales la imaginación exaltada eleva en los ánimos sosegados mil edificios leves y aéreos, ahora derrotados y trastornadas en mi corazón, no presentaban a los ojos de mi alma más que ruinas y desiertos. La misantropía con su negro y espantoso rostro, ciega en los tesoros que su grosera mano destruye, de día en día reinaba en mí como en una rústica caverna. Sophia Lee murió en su casa cerca de Clifton, el 13 de marzo de 1824 y no fue reconocida como la iniciadora de este género en la literatura, ya que ese privilegio le fue otorgado a Ann Radcliffe.

Graciela Mejía González

Ver: Los misterios de Udolfo, Ann Radcliffe  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/07/los-misterios-de-udolfo-ann-radcliffe.html
El confesionario de los penitentes negros, Ann Radcliffe  http://vieliteraire.blogspot.mx/2015/11/el-confesionario-de-los-penitentes.html
Drácula, la personificación de una divinidad pagana maligna  https://vieliteraire.blogspot.mx/2017/04/dracula-la-personificacion-de-una.html
El castillo de los Cárpatos  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-castillo-de-los-carpatos.html
La muñeca sangrienta  http://vieliteraire.blogspot.mx/2013/05/la-muneca-sangrienta.html
La muerta enamorada  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/03/la-muerta-enamorada_1.html
Murciélagos  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/murcielagos.html