Retrato de niña, Pierre Auguste Renoir

Este retrato es lo más vago y más soluble en el aire sin nada en él que pese o que pose donde lo indeciso se une a lo preciso. 
Es la luz temblorosa del mediodía, unos bellos ojos detrás de los velos, es en un cielo entibiado de otoño, ¡el azul revoltijo de las claras estrellas! Paul Verlaine


Pierre-Auguste Renoir,
Portrait de fillette (Retrato de niña), c. 1884,
Pastel sobre papel, 38 x 28.6 cm.,
Museo Soumaya, México.
















¿Qué vemos? Un rostro de niña de tres años de edad más o menos que nos mira melancólicamente, el color de su tez deja ver las mejillas coloreadas y la boca rosada con cabellos dorados y un vestidito azul cobalto como el color de sus ojos. La niña es encantadora, y eso la hace verdaderamente humana, no obstante es el objeto de estudio de Renoir; en este sentido se puede decir que posó para él. Los tonos de sus cabellos y rostro contrastan con el fondo —que podemos deducir que se trata de un jardín— que poco se puede percibir a no ser por esa mancha verde que está integrada a ella. Este cuadro tiene esa zona  indefinible que vivifica una obra de arte y que no puede reemplazar la mayor habilidad. Los cordones de seda o de raso blancos se semejan a la tersura de su piel, que rivaliza con los terciopelos verdes y azules que se oscurecen bajo el brillo luminoso del tapiz de hilos de oro de sus cabellos y los safiros de aquellos ojos de gracia melancólica. Además, Retrato de niña es un grupo de formas teñidas de gracia, hechas con variedad de luces, en donde la vibración de sus líneas trémulas y agitadas de fina y nerviosa elegancia muestran a la niña etérea e ingrávida, para darnos esa sensación de rapidez en su baile tembloroso que conforma un vuelo tan móvil y ligero como su atmósfera en movimiento, y cuyo conjunto es una sinfonía, que es la vida viviente y variante. En la parte del rostro tenemos toques de trazos largos y finos y en la parte del vestido trazos cortos, amplios y sinuosos. Existe unidad entre el rostro y el cabello que crepita en amarillos, ocres y cafés, cuyas formas hacen pensar en el movimiento trepidante del ir y venir de la niña o por el viento. A partir de 1876 Renoir inicia sus relaciones con la familia Charpentier y se reafirma como retratista. François Fosca en su biografía sobre Renoir afirma que Madame Charpentier le relacionará con modelos de clase social alta y elegante y realizará muchos retratos entre 1876 y 1881, sobre todo de mujeres y de niños de gran encanto y belleza física, asimismo. Cézanne escribe a Zola el 4 de julio de 1880:  Renoir tiene algunos encargos buenos de retratos. En efecto, los envíos de Renoir al Salón, y probablemente la influencia del Salón Charpentier, han proporcionado a Renoir en 1880 y 1881 varios encargos de retratos de niños en ambientes muy distintos del suyo, especialmente en el de los grandes financieros judíos. Pinta dos retratos de una Mademoiselle Grimprel, uno con cinta azul, otro con cinta roja, una niña rubia de unos diez o doce años. cuyo rostro de expresión obstinada carece del encanto sonriente de los niños Bérard. De la misma época datan tres deliciosos retratos, La niña del sombrero azul, Irène Cahen d´Anvers, dos niñas en traje de muselina crema, una lleva un cinturón y una cinta azules, y la otra un cinturón y una cinta rosas. Se puede decir de estos retratos de niños de grandes burgueses lo que se ha dicho a propósito del retrato de Madame Charpentier y de sus hijos: Renoir no hace concesiones al público ni traiciona sus convicciones, se limita a usar una factura menos libre, menos elíptica, y a dar más precisión a los detalles, a los encajes y a los zapatos. La niña del Retrato de niña es una niña de clase burguesa y quizá familiar de los Charpentier. Podemos observar el cuadro que pintó de Madame Charpentier y sus hijos y notaremos que los rasgos de esos niños son similares a los de la niñita del Retrato de niña. En 1881, al término del viaje que Renoir realiza a Italia, tenía que haber vuelto a París para ejecutar un pastel de la pequeña Charpentier, como lo muestra la petición de Madame Charpentier al artista; a lo que Renoir le ha respondido:

Querida Madame: en Nápoles recibí una carta de Deudon en la que decía que habíais hablado mucho de mí, lo cual me ha proporcionado un gran placer, y que pensáis todavía en el retrato de vuestra hijita. Hubiera debido precipitarme a París, pero no lo he hecho porque estoy aprendiendo mucho y cuanto más tarde mejor será el retrato.

Esto nos indica que se puede tratar de la pequeña del retrato, puesto que como mencioné esta niña tiene rasgos parecidos a la hija de Madame Charpentier y además porque se trataba de un retrato al pastel, sin embargo la fecha del retrato no coincide con la que aparece en la ficha técnica del Museo Soumaya, en donde se localiza actualmente el cuadro. Al parecer, el retrato fue pintado por Renoir en 1880 y Renoir recibió la carta en 1881 y regresó a París hasta el año 1884, después de su visita a Argel y su estancia en Génova; sin embargo, al referirse Renoir como vuestra hijita, pudo tratarse de la niña que está representada en el cuadro de Madame Charpentier y sus hijos, y no de otra hija suya (la del Retrato de niña), por otra parte, ciertamente el Retrato de niña es majestuoso y aunque se le puede considerar un retrato impresionista, para 1883 Renoir ya estaba en otra etapa pictórica en donde daba más énfasis al dibujo que al color; un dibujo más de tipo gráfico como lo muestra el Retrato de niña. La hipótesis que propongo es que este retrato fue pintado hacia 1884 y no en 1880, como se dijo. El viaje a Italia influiría en el arte de Renoir durante el resto de la década de 1880, la más experimental y agitada de su carrera. Gran parte de su producción de la década de 1880 tiene un carácter exploratorio y experimental que dejó perplejos a sus antiguos admiradores. Renoir atravesaba una crisis intelectual y moral. La crisis intelectual provocada por las lecciones de los maestros que había estudiado en sus viajes, la moral, resultado de un cambio en la vida del artista. El hecho de que Renoir haya viajado a Italia y ahí haber redescubierto a los maestros de la línea, significa que pintó el Retrato de niña a su regreso a París y esto es importante por dos razones: la primera que Retrato de niña es una de las primeras obras de su etapa ingrista, porque combina su maravillosa técnica, ya muy perfeccionada de su etapa impresionista con el uso de la línea, en unos primeros intentos de definir los rasgos del rostro e implementando la línea libre y vibrante que marca el fin del impresionismo, además, no podemos negar que este retrato tiene mucho del estilo gráfico o dibujístico de Manet y de Degas, que ya se habían anticipado a la era moderna de Toulouse Lautrec e incluso podría decir que este retrato tiene mucho del estilo de los estudios de Leonardo da Vinci; pero lo que lo hace realmente interesante es que en él se encuentra la madurez de Renoir como impresionista y su afirmación por el uso de la línea. Volviendo a la fecha de la realización del cuadro, si esta hipótesis resultara cierta, tendríamos que la niña del retrato sería la hijita de Madame Charpentier, como mencioné, que muy amablemente pidió a Renoir la pintara a su regreso a París. Planteo que tal vez se trata del tercer hijo de Madame Charpentier por la carta que he mostrado con anterioridad y por el parecido de la niña con los hijos de Madame que podemos observar en la obra Madame Charpentier y sus hijos, el primer éxito sin precedentes de Renoir en el Salón. Los tres personajes son Marguerite Lemmonier y sus dos niños son su hija mayor, Georgette, que entonces contaba seis años, sentada a caballo sobre el sufrido perro, y su hijo Paul, de tres años, vestido exactamente igual a su hermana y hasta con los mismos bucles rubios. Los niños tienen en común con la niña del Retrato de niña el color de la piel, de los ojos y del cabello. Este cuadro Renoir lo pintó en 1878, entonces la niña del Retrato de niña, tal vez nació entre 1880 y 1881, Renoir partió a Italia a finales de 1880, Madame le solicita que pinte un retrato al pastel de su hijita en 1881 y Renoir vuelve a París en 1884, que es cuando, supongo, pinta el Retrato de la niña. Entonces la niña del Retrato de niña contaría con tres o cuatro años de edad aproximadamente.

Graciela Mejía González (Artificio de una sensibilidad, fragmento).

Ver: Joven vestida de azul, Pierre Auguste Renoir  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/joven-vestida-de-azul-pierre-auguste.html
La mujer de azul, Thomas Gainsborough, http://vieliteraire.blogspot.mx/2013/03/la-mujer-de-azul.html
Naná o la mujer ante el espejo, Édouard Manet  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/nana-o-la-mujer-ante-el-espejo-edouard.html
Líneas trémulas  http://vieliteraire.blogspot.mx/2012/01/lineas-tremulas.html
El paso del tiempo en el impresionismo  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-paso-del-tiempo-en-el-impresionismo.html
Una imágen imprecisa o de aspecto flou  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/una-imagen-imprecisa-o-de-aspecto-flou.html
La especulación pura de lo sublime  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/la-especulacion-pura-de-lo-sublime.html