La esperanza y la fe

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera
la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1


Aunque ambas significan creencia: la esperanza y la fe, la fe es además dogma o ideología. Es ese el vínculo entre el Ser Supremo y yo. Es una convicción fundada en algo infinito y que sólo depende de nuestra conexión con ese Universo o con un Ser Supremo. Mientras que la esperanza es una perspectiva, una promesa, algo que puede ser posible o no, porque depende de acciones ajenas a nosotros mismos, es incierta en ese sentido y la fe es certidumbre, por eso es que de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida. Es así que la felicidad no consiste en adquirir y gozar sino en no desear. Si la sabiduría se define por oposición al deseo, es porque pretende hacernos superiores tanto a las decepciones corrientes como a las decepciones dramáticas, inseparables unas y otras del hecho de desear, de esperar. Somos y seguiremos siendo esclavos mientras no estemos curados de la manía de esperar, mientras que la fe es la balsa que nos mantendrá a flote en este mar inmenso de incertidumbre. 

Graciela Mejía González