El crepúsculo disparaba sus rayos supremos y el viento mecía los blancos nenúfares; grandes nenúfares que brillaban tristes entre los juncos y las aguas tranquilas. Yo vagaba solo paseando mi herida por la orilla del estanque, entre la sauceda. Entre la sauceda vagaba yo solo paseando mi herida. Y el cendal espeso de las tinieblas ahogó los supremos rayos del crepúsculo en las aguas lívidas. Gaston Leroux
El impresionismo es la impresión de un momento experimentado ante la naturaleza, esto significa que el impresionismo tiene como características principales la espontaneidad del trazo, la libertad de la elección del tema y la representación de la naturaleza, que provenían en primera instancia de la rebeldía de estos artistas ante las disposiciones de la Academia en donde el pintor debía demostrar su capacidad y talento creando cuadros casi fotográficos o muy realistas, pero el motivo principal, desde mi punto de vista, fue porque una de sus preocupaciones era representar el paso del tiempo. Estos artistas desafiaron la cultura oficial propusieron nuevas soluciones estilísticas y enseñaron a los pintores a no perseguir la representación de una realidad que no se puede capturar, pero sobre todo a detenerse en la impresión que esta deja en sus ojos, fijando sobre la tela la sugestión de un instante. Estudiaron minuciosamente el detalle de sus propias sensaciones, la movilidad del aire, de la luz, del agua y del color. Se trata de un ejercicio constante de observación que el tiempo los va dotando de mayor sensibilidad y percepción más aguda y en este sentido son naturalistas, por lo tanto, los impresionistas han intentado plasmar el paso, el movimiento, la trepidación y el entrecruzarse de los peatones, como se ha intentado plasmar el temblor de las hojas, el estremecerse del agua y la vibración del aire. Todo es nuevo o quiere ser libre en este movimiento. El artista impresionista fue en parte como un detective o un científico, que tras una pista presenta las pruebas de su análisis; en este sentido han sido nombrados naturalistas, no sólo por la temática de sus cuadros, sino por la representación pictórica que deshace minuciosamente la naturaleza como si se mirara a través de un microscopio. Esta representación avanzaba cada vez al lado opuesto del realismo; la técnica impresionista se deslizaba por los terrenos del ensueño velado y la fragmentación. La forma en silueta y el volumen sugerido habían desaparecido, siendo sustituidos por un dibujo libre, a base de líneas enredadas y algunas veces vagas, que daban la impresión de movilidad y, por planos de luz y sombra, producían el efecto de masa por una gradación de matices y tonos sugerían el espacio y el volumen. Para este detective de la vida moderna presentar al ser, vivo en gesto y actitud, en movimiento, en la atmósfera y en la luz fugitivas y siempre cambiantes; captar al vuelo la incesante movilidad de la coloración del aire; descuidar a propósito los tonos particulares para alcanzar una unidad luminosa cuyos diversos elementos se funden en un conjunto indisoluble y llegan por las propias disonancias a la armonía general; hacer de modo que las figuras sean inseparables de los fondos, que sean como su resultante y que, para gozar de la obra, haya que abarcarla por entero y mirarla a la distancia exigida: tal era su propuesta. Recordemos que con el claroscuro tenebrista, la luz realza dramáticamente unas superficies en tanto que las otras quedan en una sombra espesa y abismática, ello supone un universo inmóvil, permanente y sólidamente estructurado. Un universo inmune al resbalar de las horas y de las luces. Por el contrario, en la fórmula impresionista nada hay estable. Dice Bergson: "La forma no es más que una instantánea tomada sobre una transición". Cambia todo como el haz de una superficie sobre la que se desliza la luz y porque el arte impresionista constata no el ser en sí, sino su tránsito en el tiempo. El recuerdo de una forma lleva labrado todo el futuro. La cohesión de esta pintura no puede interrumpirse, pues se halla formada por el mismo caudal del tiempo al deslizarse por la materia. Y porque, en definitiva esta materia es también tiempo, es decir, la raíz de la estética impresionista reside en sorprender un instante, si, pero al mismo tiempo sugerir los pasados y los futuros inmediatos. Es hacer a ese instante elástico y tránsfugo, dejando latir en el parpadeo de los reflejos su continuación y trata de recoger la efímera epidermis, siempre cambiante y permeable en todas las zonas del sol.
Graciela Mejía González
Ver: El paso del tiempo en el impresionismo http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-paso-del-tiempo-en-el-impresionismo.html
El París de los impresionistas https://vieliteraire.blogspot.mx/2017/02/el-paris-de-los-impresionistas.html
El arte bello http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-arte-bello.html
Una imágen imprecisa o de aspecto flou http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/una-imagen-imprecisa-o-de-aspecto-flou.html
La especulación pura de lo sublime http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/la-especulacion-pura-de-lo-sublime.html