Las heridas del tiempo

La fotografía no debe ser una copia de la realidad, ya que exige que las imágenes sean tomadas con sensibilidad, pero negándose a cualquier modificación sobre el negativo o el papel. El clisé se debe a la máquina, pero la prueba, como el estilo, es del hombre.


Este texto trata sobre la evolución visual que tuvo la imagen fotográfica a través del tiempo y de cómo se  le atribuye finalmente el título de arte a esta propuesta técnica, llamada fotografía. Muestro ahora a sus más dignos representantes: Alfred Stieglitz (1864-1946), se inició en la fotografía en Alemania a los 17 años de edad. En su época de estudiante realizó varios experimentos, cuyos resultados eran publicados en revistas de fotografía como técnicas para intensificar placas subexpuestas y para reducir las sobreexposiciones.  Hermann Wilhelm Vogel, su maestro, le dio esa formación artística, que era una introducción a la fotografía pictorialista y una técnica brillante, tal y como la había practicado Henry Peach Robinson. En 1890,  el término fotografía naturalista había quedado en desuso y Alfred Stieglitz reforma ese concepto para dar paso a lo que se consideraría más tarde como fotografía directa o fotografía pura. En lugar de dedicarse a la fotografía de moda que era la de manipular el negativo o la copia para lograr efectos románticos, se esforzó por encontrar el enfoque más puro y directo. Aunque muchas de sus primeras imágenes de Nueva York son poco distinguibles de los desenfoques característicos en el pictorialismo y aunque raramente retocaba el negativo o la copia, lo que pasaba es que las fotografías las hacía bajo la lluvia, la nieve o por la noche, con exposiciones prolongadas. Stieglitz se da cuenta de que en Nueva York aún existían muchos clubs y sociedades de fotógrafos que no parecían tener verdadera pasión por la fotografía como sucedía en Europa, que seguían los principios de Emerson. Interesado en la promoción de la fotografía, enseñó a los norteamericanos las posibilidades de la fotografía pictorialista o naturalista, mediante sus fotografías y textos publicados en la revista The American Amateur Photographer, de la cual sería director. 
La labor de Stieglitz consistió en lograr la aceptación de la fotografía pictorialista y, paralelamente, la legitimación de la cámara manual, considerada indigna para un trabajo profesional y sostenía que el éxito en el trabajo con una cámara manual depende de la paciencia, de esperar el momento en el que todo está listo para satisfacer al ojo. En 1896 se unen la Society of Amateur Photographers y el New York Camera Club. Un año más tarde, fotógrafos como Gertrude Käsebier, Clarence Hudson White, Edward J. Steichen, Fred  Holland Day, Frank Eugène y Alvin Langdon Coburn, exponían sus fotografías para dicho club. La muestra ponía de manifiesto un estilo impresionista que se caracterizaba por su carencia de definición, el reemplazo de la textura por una sugerente, la asimetría en la distribución de un juego de extremos entre luces y sombras. Este atrevimiento provocó críticas a favor y en contra de la fotografía nuevamente. Para algunos, el trabajo era resultado de una imaginación enferma propia de lunáticos, antiacadémicos, excéntricos; para otros, eran imágenes indefinidas y evasivas, con sugerencias de formas y texturas que perturbaban la imaginación, pero mostraban también un tratamiento de delicadeza. Como mencioné anteriormente, Stieglitz creó la sociedad para promover el reconocimiento de la fotografía pictorialista, denominada The Photo-Secession, la palabra Secession provenía del uso que los artistas de vanguardia le daban en Alemania y Austria para definir su independencia de todo lo académico. Esta sociedad tenía como propósito principal el avance técnico y artístico de la fotografía pictorialista, reunir a todos los fotógrafos norteamericanos que se interesaran por la aplicación de este medio de expresión y realizar periódicamente exposiciones, pero aún así el movimiento pictorialista seguía siendo un asunto polémico. 
Gertrude Käsebier (1852-1934), dejó también la pintura para dedicarse profesionalmente a la fotografía. Plasmó con claridad escenas familiares en imágenes sencillas y sugerentes. Perteneció al grupo de Photo-Secession y fue la primera mujer elegida en el grupo de Linked Ring en 1900. Frederick H. Evans (1853-1943), era un apasionado estudioso de la filosofía religiosa y congeniaba con las obras de Emanuel Swedenborg, al igual que Balzac, uno de los mejores escritores del siglo XIX. Para él, la vida espiritual es vista como una forma de la naturaleza. Evans se sentía profundamente atraído por la forma ideal de la espiral y estaba menos interesado en documentar la arquitectura que en reproducir la luz y el volumen. La sencillez de la composición y la iluminación son claves en sus imágenes. Evans se propuso registrar, no construir, y dejar las conclusiones al espectador. Robert Demachy (1859-1938), fue uno de los fundadores del Photo-Club de París y uno de los primeros fotógrafos que usó la nueva técnica fotográfica, el proceso a la goma bicromatada. Era banquero y pintor de alta sociedad y se especializó en retratos femeninos y paisajes impresionistas. Publicó varios textos como Les Procédés d´art en Photographie (1906), en el cual trata las llamadas impresiones nobles. El Barón Adolph De Meyer (1869-1946), realizó fotografías de naturaleza muerta con flores y frutas en recipientes de vidrio sobre una base también de vidrio, para que los reflejos y la difusión de foco eliminaran toda sensación de espacio. Creó poemas de luz con los bodegones más sencillos, Cecil Beaton afirmará años más tarde que De Meyer fue el Debussy de la cámara. Utilizó luz artificial para recrear auroras boreales, sus blancos y plateados son deslumbrantes y sutiles sus grises, magistrales. Inventó un nuevo universo, un mundo de agua destellante bajo la luz del sol, de luces de luna y de velas, de nenúfares en vasos de cristal, de tejidos y gasas, de brillos nacarados y destellos de sol filtrados a través de ramas en flor. 
De Meyer también produjo retratos y composiciones con objetos a gran escala, los cuales tomaban con un lente flou. Con este tipo de lente el artista tenía un control óptico que no se habría conseguido con sólo  poner fuera de  foco la imagen. Ahora ninguna zona de la imagen llega a ser nítida porque no tiene corrección de la aberración esférica. Los experimentos en este sentido implicaron el diseño de otros tipos de lentes (usados también para retrato),  con los cuales el grado de difusión podía ser controlado. Otra característica de estos lentes era que los puntos más luminosos aparecían aumentados en su brillo. De Meyer llegó en el momento en que se libraba una batalla por parte del grupo Photo Secession y su defensa de la fotografía como arte. Basó su estilo en las opiniones de este grupo y reconcilió, por su refinamiento y su belleza, el pictorialismo con la fascinación de lo propiamente fotográfico. Usó la iluminación lateral y suave que imita a la luz de luna, los halos creados, tejidos brillantes para crear fondos mágicos, el suavizador y la luz tamizada a través de gasas. Un interminable desfile de influyentes bellezas del mundo, consideraron un privilegio posar ante el objetivo de De Meyer. Sus retratos de personajes de sociedad del teatro y de cine llenaron durante mucho tiempo las páginas de las revistas Vogue y  Harper´s Bazaar. Clarence White (1871-1925), también perteneció al grupo de Photo-Secession, se especializó en escenas ambientales en donde hizo resaltar los contraluces, creando pruebas sobre papel al platino de gran precisión. Edward  Steichen (1879-1973) de Milwaukee, quien vivió en París, fue pintor y se dio a conocer en 1899 cuando sólo tenía 20 años de edad por sus fotografías de paisajes impresionistas en flou y por la influencia que tenía de los pintores franceses, su afición lo llevó a considerar la posibilidad de hacer fotografías artísticas. Empezó con la observación de la atmósfera que ofrecía la luna en el paisaje, practicó con las gotas de lluvia en el objetivo para crear una imagen difusa, y lo mismo pasó cuando por accidente golpeó el trípode durante una larga exposición. 
A veces fotografiaba intencionalmente sin enfocar y para crear más ese ambiente nebuloso aprendió el proceso a la goma bicromatada. Su primera exposición individual fue celebrada en el año de 1902 en París. Dividía su tiempo entre la pintura y la fotografía. Posteriormente fue fiel compañero de Stieglitz y buscaba, al igual que él, la mayor precisión y detalle en la toma fotográfica, prometiendo no realizar la menor manipulación en sus imágenes. En 1906, practicaba con una cámara portátil realizando excelentes placas autocromas, fabricadas por los hermanos Lumière, las antecesoras de las actuales diapositivas en color. Organizó varias exposiciones para el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Entre 1923 y 1938 se adentró en el mundo de la publicidad y sus fotografías de moda aparecieron también en las revistas Vogue y Vanity Fair y en 1947 fue nombrado director del departamento de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Alvin Langdon Coburn (1882-1966), nació en Boston, el más joven de los fotógrafos norteamericanos que se presentaron en Londres, en donde cono ió a importantes celebridades del pictorialismo como Frederick H. Evans, Frank Eugène y Robert Demachy. En 1903, Coburn ya pertenecía a los dos principales grupos de vanguardia de su tiempo: el Photo-Secession de Stieglitz y el Linked Ring de Londres. Coburn adquirió cierta experiencia trabajando en el estudio de Gertrude Käsebier en Nueva York. Usaba siempre que podía la luz natural. Produjo retratos de escritores y artistas, colaboró con George Bernard Shaw y Henry James, el cual le pidió una serie de fotografías para ilustrar sus novelas. éste había de convertirse en el más importante y creativo de los encargos realizados por él y una colección de las imágenes tomadas desde los últimos pisos de los rascacielos. La casa de las mil ventanas y El pulpo, con una vista de Madison Square desde lo alto, por ser intentos deliberados de emular la obra del movimiento cubista de vanguardia. También importa a Estados Unidos unas imágenes trabajadas imitando a las estampas. Sus fotografías fueron un intento de la fotografía cubista finalmente y las primeras fotografías abstractas. Coburn no admitía el retoque en negativos o el colorear las copias para que parecieran pasteles o acuarelas, prefirió emplear el complicado, pero totalmente fotográfico proceso al platino La concesión más importante de Coburn al pictorialismo fue el uso del objetivo suavizador, que dio a sus obras, sobre todo a las imágenes de Londres, de toque romanticista como Whistler, de cuyas pinturas era especial admirador. En 1902, los críticos de arte  se mostraron a favor de este movimiento al anunciar que la  fotografía pictrorialista era una demostración reveladora de las  posibilidades estéticas de este recurso. Otros seguían empeñados en condenarla como una pretensión de pintura, preguntándose si el objeto principal de estos  fotógrafos era algo así como representar lo que se ve a través de un vidrio opaco frente a la naturaleza. Stieglitz declara por su parte que está justificado el que se utilicen todos los recursos posibles, tanto sobre el negativo como sobre el papel, para obtener un fin determinado. Pero él trabajaba con un aparato portátil y no retocaba ni los clisés ni las pruebas.  
En ese mismo año, Stieglitz fundó otra revista llamada Camera Work, y en cada número fue mostrando una especie de monografía, portafolios, críticas, caricaturas y discusiones sobre teorías estéticas y noticias de cada uno de los miembros de Photo- Secession y de los principales fotógrafos europeos: Evans, el Barón Adolph De Meyer, Coburn, Demachy, Kuhn, Henneberg, Watzek. También se dedicaron números a fotógrafos anteriores a ellos como Julia Margaret Cameron, Hill y Adamson y publicó posteriormente dibujos y pinturas de artistas progresistas de Europa y Estados Unidos. En 1908, la sensibilidad estética sufrió un cambio muy notable que apuntaba a lo opuesto del estilo impresionista, que ya había sido aceptado para entonces. Sin embargo, al fotógrafo George Davison le seguía atrayendo la pintura  impresionista, por lo cual se revela en contra de la imagen fotográfica de precisión. Durante quince años, fotógrafos profesionales y aficionados de todo el mundo se enorgullecen de participar en sus exposiciones, pero en 1904 se crea la Sociedad Internacional de los Fotógrafos Pictorialistas, para conservar y hacer progresar la fotografía como medio independiente de expresión pictórica. En 1905, Stieglitz animado por Steichen, alquila dos habitaciones en la Quinta Avenida y abre una galería, la Albright Art Gallery  para presentar las obras de fotógrafos americanos y extranjeros. En donde Stieglitz pudo influir en el curso de las nuevas ideas artísticas y proporcionar a los artistas el soporte y el ambiente favorable. Es aquí en donde da a conocer a los americanos dibujos de Rodin, litografías de Toulouse Lautrec, pinturas de Picasso, Cézanne, Matisse, Braque, estampas japonesas y esculturas negras, además de abrir paso a la Photo-Secession. La fotografía no debe ser una copia de la realidad, ya que exige que las imágenes sean tomadas con sensibilidad, pero negándose a cualquier modificación sobre el negativo o el papel, utilizaban el papel al platino o el fotograba do y medios ópticos para obtener el efecto borroso. El clisé se debe a la máquina, pero la prueba, como el estilo, es del hombre. En 1910 la Albright-Knox Art Gallery, invitó a los artistas pictorialistas a que expusieran sus obras  en ella.  Seiscientas fotografías de la Photo-Secession fueron exhibidas con gran dignidad. La galería compró  algunas de ellas para su colección y hasta se habló de la posibilidad de crear una sala separada para su muestra permanente porque la fotografía tenía derecho a ser reconocida como una de las Bellas Artes. Fue Stieglitz quién creó esa separación artística entre la fotografía directa y la abstracción (por ejemplo la representación realista de un objeto  relativamente abstracto como una nube, árboles, escenas del cielo) para lograr en el espectador una reacción emotiva o estados de ánimo, pues ni el significado ni el tema son tan importantes como la experiencia de mirar una fotografía.  El trabajo documental más importante de Stieglitz lo podemos observar en sus imágenes de las calles primaverales, lluviosas y nevadas de París, Berlín y Nueva York, además de los retratos de su esposa, la pintora Georgia O´keefe, en los cuales logró hasta el último detalle de su fisonomía y hasta el menor matiz de la emoción y la expresión de su rostro. Era el momento ideal que resumía el movimiento pictorialista, pero era también el inicio de una bifurcación, pues más tarde este grupo se separó: estaban, por un lado los artistas que preferían los temas y el tratamiento al estilo de los pintores y, por otro, los artistas como Stieglitz que apoyaban las texturas y los temas más reales. Una característica del arte en la primera etapa del pictorialismo era la importancia de la creación  artística por medios intuitivos y emocionales.  Es decir que, ˝el inconsciente representa la unidad y totalidad del espíritu y la idea romántica del arte liberado de las ataduras del intelecto; arte hijo de la pasión y de la inspiración, se sustituyó posteriormente por la idea naturalista de combinar la investigación y la inspiración como lo hicieron Emerson y Stieglitz. Pensemos que lo maravilloso va acompañado de asombro y es siempre superior a la persuasión y a lo que es agradable. Esto es lo sublime, la más grande emoción que se pueda sentir y  que no consiste solamente en el placer que es capaz de provocar la contemplación de un contraste de luces y sombras o de una suavidad sutil en una imagen, sino en la emoción que habla a un espíritu noble. El arte es un refugio para aquellos que no pueden o no quieren entablar la lucha con la vida, el paraíso imaginado, la patria de los sensibles y ensoñadores, a no ser que se convierta en refugio de rebeldes y produzca, en lugar de sueños románticos, utopías fantásticas. El inconsciente, como la conciencia, es imperfecto y debido a que es más pobre y no más coherente, la  fotografía pictorialista fue sustituida por las nuevas ideas en cuanto al arte. Nos referimos a la fotografía pura o fotografía directa, impulsada por Eugène Atget en Francia y Alfred Stieglitz en Estados Unidos. 
Interesados en el registro minucioso de la imagen, por su pasión por representar con toda claridad las líneas y la riqueza de los tonos. El interés por la forma, la estructura pictórica y la composición, ayudó a ampliar el horizonte visual del siglo XX y legitimó definitivamente a la fotografía como una forma artística con identidad propia. Las imágenes de gelatina de bromuro se han debilitado a un nostálgico color marrón. A veces se publican reproducidas en sepia para que, al igual que el motivo que reproducen, parezcan haber sufrido lo que Fox Talbot llamó las heridas del tiempo. Pero sólo cuando se ven copias nuevas de los negativos originales de Atget se aprecia la nitidez de sus grises fríos. La fotografía es ahora la fotografía por sí misma y no tiene referencias a otro medio gráfico. Alfred Stieglitz y Edwaard Steichen introducen el arte moderno en América, gracias a una exposición de cuadros de Cézanne, Rodin, Matisse, Picasso, Braque, Brancusi y Picabia, entre otros, y por el impulso en la revista Camera Work. Posteriormente, otros fotógrafos importantes apoyarían las teorías de Stieglitz, entre ellos están Paul Strand, quien decía que el trabajo fotográfico debe ser brutalmente directo, desprovisto de cualquier engaño, desprovisto de cualquier trucaje.


Graciela Mejía González 


Ver: La ilusión pictórica se fragmentó  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/la-ilusion-pictorica-se-fragmento.html
La sugestión de un instante  http://vieliteraire.blogspot.mx/2013/05/la-sugestion-de-un-instante.html
El tiempo destructor inexorable  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-tiempo-destructor-inexorable.html