Avatar, Théophile Gautier

Usted ya no tiene ganas de vivir y su alma se va separando insensiblemente de su cuerpo; en usted no hay ni hipocondría, ni lipemanía, ni tendencia melancólica al suicidio. ¡No! caso raro y curioso, usted podría, si yo no me opusiera, morir sin ninguna lesión interna o externa apreciable. Me ha llamado a tiempo, porque su espíritu sólo está sujeto a la carne por un hilo. 

Hablar del alma humana, es complejo, pero Gautier, nos narra en Avatar, el traslado del alma de un cuerpo a otro, de una manera que resulta, en apariencia, mágica; sin embargo, entre líneas se puede ver su ciencia, al describir el estado psicológico del alma del personaje principal, cuando habita el cuerpo de otro y es sorprendente descubrir que el alma es única en cada ser y que la manera de conducirse en la vida, no es sino el alma misma y es el alma la que puede despertar el amor entre dos personas y no la apariencia física. "—Usted tiene —repuso el doctor— una imposibilidad crónica de vivir, enfermedad absolutamente moral y más frecuente de lo que se piensa. El pensamiento es una fuerza que puede matar como ácido prúsico, como la chispa de la botella de Leyden, aunque la huella de su acción destructora no sea apreciable con los débiles medios de análisis de que la ciencia vulgar dispone". Para Baudelaire "manejar sabiamente una lengua es practicar una especie de hechicería evocatoria. Entonces el color habla, como una voz profunda y vibrante; los monumentos se yerguen y resaltan sobre el espacio profundo; los animales y las plantas, representantes de la fealdad y del mal, articulan su mueca inequívoca; el perfume provoca el pensamiento y el recuerdo correspondientes; la pasión murmura o ruge su habla eternamente semejante. En el estilo de Théophile Gautier, hay una justeza que encanta, que asombra y que hace pensar en esos milagros producidos en el juego por una profunda ciencia matemática. Recuerdo que siendo yo muy joven, cuando saboreaba por primera vez las obras de nuestro Poeta, la sensación del toque justo, del golpe directo me hacía estremecer Y la, admiración engendraba en mí una especie de convulsión nerviosa. Poco a Poco me acostumbré a la perfección, y me abandoné al movimiento de ese hermoso estilo, onduloso y brillante, como un hombre montado en un caballo seguro que le permite la meditación, o a bordo de un navío lo bastante sólido para desafiar los temporales no previstos por la brújula, y que puede contemplar a gusto los magníficos decorados desprovistos de error que la naturaleza construye en sus horas de genio. Gracias a esas facultades innatas, tan preciosamente cultivadas, Gautier ha podido a menudo (todos lo hemos visto) sentarse a una mesa corriente, en el despacho de un periódico, e improvisar cualquier cosa, crítica o novela, con el carácter de algo irreprochablemente terminado, y que al día siguiente provocaba en los lectores tanto placer como estupor había producido en los compositores de la imprenta la rapidez de la ejecución y la belleza de lo escrito. Esta presteza para resolver todo problema de estilo y de composición hace pensar en la severa máxima que una vez dejó caer ante mí en el curso de la conversación, y de la que él se ha hecho sin duda un constante deber: Todo hombre, al que una idea, por sutil e imprevista que se la suponga, torna en falta, no es un escritor. Lo inexpresable no existe". El amor no se logra mediante pociones mágicas. En palabras de Balzac, [el amor], es algo severo, difícil de alcanzar. Al amor no se le debe obligar a rendirse, el amor debe surgir de forma natural, como las semillas que se siembran en una tierra fértil. "Octave cogió aquella mano más suave y más fresca que una flor, se la llevó a los labios y le dio un largo, un ardiente beso. Toda su alma se concentró en ese punto. No sabemos qué delicadeza sensitiva, qué instinto de divino pudor, qué intuición irracional del corazón advirtió la condesa: pero una nube rosada le cubrió súbitamente la cara, el cuello y los brazos, que tomaron ese tono con que se colorea en las altas montañas la nieve virgen sorprendida por el primer beso del sol. Se estremeció y apartó lentamente la mano, medio enfadada, medio avergonzada; los labios de Octave le habían producido como una impresión de hierro al rojo". Uno se enamora de lo que ve, pero sólo se ama lo que los ojos no ven y si puede ver el corazón. "¡Allá arriba estaba escrito que Prascovia no me amaría jamás! Sin embargo he hecho el mayor sacrificio al que puede descender el orgullo humano: he renunciado a mi yo y consentido en gozar bajo un cuerpo extraño las caricias destinadas a otro". El amor es algo inexplicable en apariencia, ya que una delgada línea lo separa de la pasión y la posesión. "—¿Quién podría asignar un límite a las facultades del alma —dijo el doctor Baltazar Cherbonneau con  gesto pensativo—, sobre todo cuando no ha sido alterada por ningún pensamiento terrestre, manchada por ningún lodo humano, y se mantiene tal como ha salido de manos del Creador a la luz, la contemplación del amor? Sí, tiene usted razón, ella le ha reconocido; su angelical pudor se ha estremecido ante la mirada del deseo y, por instinto, se ha tapado con sus blancas alas. ¡Le compadezco, mi pobre Octave! Su mal es realmente irremediable".

Graciela Mejía González

Ver: 200 años de Théophile Gautier   http://vieliteraire.blogspot.com/2011/12/la-belleza-del-arte-literario-200-anos.html
El Capitán Fracasa, Théophile Gautier  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/05/el-capitan-fracasa-theophile-gautier.html
Espirita, Théophile Gautier http://vieliteraire.blogspot.mx/search/label/Espirita.%20Théophile%20Gautier
La cafetera  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/06/la-cafetera.html
Los miserables, Víctor Hugo  https://vieliteraire.blogspot.mx/2017/03/los-miserables-victor-hugo.html