Entre la lucidez y la locura

Reto al hombre más franco a que manifieste su sinceridad 
sin que tenga que romperse la cara con sus semejantes. 
Villiers de L'Isle Adam

Breve escrito sobre el concepto deontológico de la ética y la moral

El exceso de libertad provoca un estado somnoliento entre la lucidez y la locura, así, la ética y la moral son un punto de vista particular y no un acuerdo en común dentro de una sociedad civilizada; por eso el mundo actual es un caos, cada quien inventa sus propios códigos éticos. Mucho tiempo viví engañada pensando que hacía lo correcto, según la ética y la moral con la que fui educada, crecí creyendo que quien alguna vez me dijo te amo (por escrito), era un ser admirablemente moral y ético —de acuerdo con mis propios valores éticos—, porque yo abrí mi corazón consciente de que nunca mentí y mi concepto de amor no es el mismo para quien construye sus propias reglas para conducirse en la vida. Decir te amo para estos hombres libres, es un acto de libertad, sólo eso, y justifican su forma de ser con frases como esta: "Me gusta escribir y lo que disfruto es la práctica de escribir, si alguien me toma en serio me incomodo, yo soy completamente deontológico, no hago nada con fines premeditados ni aspiraciones de ningún tipo". En mi código moral no está permitido mentir, mentir no es ético y la gente miente según su conveniencia o su estado de ánimo, sin embargo, descubrí que también miento. "¿Quién es aquel que se imagina no representar hasta la muerte una constante comedia? Sólo los que saben mal su papel pretenden lo contrario. ¡Todos somos forzosamente comediantes! Y lo somos con nosotros mismos. ¿Ser sincero? He ahí el ensueño completamente irrealizable. ¿Cómo podríamos ser sinceros, si no sabemos ni estamos persuadidos de nada; si no nos conocemos a notros mismos? Pretendemos convencer al prójimo de que estamos convencidos de algo —cuando en la conciencia mal acallada escuchamos la advertencia de la duda—. ¿Y para qué? Para envanecerse con una fe ficticia, que sólo engaña un segundo y que el interlocutor admite para que dentro de un instante aceptéis sus opiniones. Todo es comedia. Si pudiéramos ser sinceros, no habría sociedad que durara una hora, pues cada cual se pasaría la vida en un mentís continuo".
También descubrí en mi una actitud materialista, midiendo la cantidad de amor con respecto a la cantidad de letras escritas en una carta, entonces, no son los actos los que valen, las palabras son las que cuentan y cuentan mucho para mi, porque no soy del tipo de mujer que admite un abrazo o una caricia, ni del tipo de mujer que da caricias en respuesta. Yo demuestro mi amor con palabras y esperaba palabras de quien dice que me ama y no obtuve nada y asocié esa actitud con un acto mentiroso. Y no es que me mientan, es que cada quién tiene sus propias reglas. Se dice que a esta forma de regirse en la vida se le llama deontología, que "es la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad que le impone su conciencia. Asimismo, la base de la deontología se debe sustentar en los principios filosóficos de la libertad y el utilitarismo, lo cual significa que los actos buenos o malos de los hombres sólo se explican en función de la felicidad o bienestar". ¿Felicidad y bienestar propios? Eso es egocentrismo, porque sólo se importa así mismo y no lo que otros puedan sentir por sus actos. Estos son los hombres del siglo XXI, los hombres prácticos, que se valen del utilitarismo en función de su propio bienestar, pero desde mi propio concepto, si se vive en sociedad no se pude admitir que la única morada deontológica sea la soledad y no creo que eso les de la felicidad. El amor es el bien supremo y común y su moral no tiene nada que ver con eso porque su modo de vivir es individualista, es decir que, su concepto básico es que obrar de acuerdo a la ética se corresponde con obrar de acuerdo a un código predefinido de una norma previamente definida, que constituye una actitud o un comportamiento no-ético.

Graciela Mejía González  (Dedicado a Carlos Martín De Freitas Höfle)

Ver: El aprendiz de Dios  http://vieliteraire.blogspot.mx/2012/03/el-aprendiz-de-dios.html
Van Gogh, la expresión inquietante de una naturaleza extraña  http://vieliteraire.blogspot.mx/2014/09/van-gogh-la-expresion-inquietante-de.html
El pájaro azul  http://vieliteraire.blogspot.mx/2011/12/el-pajaro-azul.html
De las artes imitables  http://vieliteraire.blogspot.mx/2012/02/de-las-artes-imitables.html